Miércoles 08 de Agosto de 2018, 19:19
La Iglesia Católica se anotó un triunfo histórico al frenar el aborto legal en el Senado, y en el debate en el Congreso hubo varios cruces por el rol protagónico de los obispos en cada rincón del país.
Lo más extraño es que el gobierno de Mauricio Macri instaló el debate por el aborto dándole la espalda a la mayoría de sus propios votantes.
Cuando pedía el voto como candidato, en sucesivas campañas electorales, Macri nunca dio el más mínimo indicio de que habilitaría la discusión del aborto. También lo escondió hace menos de un año, cuando se eligieron diputados y senadores en todo el país.
Muchos hoy se sienten engañados, por más que el Presidente intente parecer ajeno a todo lo ocurrido.
Tampoco Macri puede argumentar que está en contra del aborto legal cuando su ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, defendió a capa y espada la interrupción del embarazo como una cuestión de salud pública, y obviamente en nombre del Poder Ejecutivo.
El grueso de los pañuelos azules habían votado por Cambiemos y por Macri, aunque muchos probablemente no lo hagan otra vez.
La bronca aún es mayor entre los pañuelos verdes, porque no pudieron lograr el objetivo. En el debate en el Senado hubo dardos fuertes contra la Iglesia.
"Me lo pasé atajando y esquivando crucifijos de un sector de la Iglesia que, quizá, sea el mismo sector que cuando nos desaparecían o nos torturaban daba vuelta la cara", atacó el peronista Pedro Guastavino, miembro informante de los verdes, según publicó La Política Online.
"Serán sectores de la Iglesia que representaban a aquel cura que cuando yo estaba preso en la cárcel de Coronda me venía a ver para preguntarme si quería arrepentirme y no tenía algo para confesar", relató, con la sesión recién iniciada y casi todos los senadores en sus bancas.
Varios celestes lo tomaron como una provocación. El catamarqueño Dalmacio Mera, compañero de bloque de Guastavino, repasó la obra de un cura de su provincia del siglo 19 para concluir en que "en la Iglesia hay gente buena y mala. No sé si los políticos nos podemos poner a acusar"."El proyecto le está diciendo a un médico que hasta la semana 12 de gestación está obligado a hacer el aborto. Después es asesino y va preso", protestó el senador y repasó los tratados internacionales que consideran al niño por nacer "y son reconocidos por la Constitución".Las alusiones eclesiásticas siguieron y hubo hasta algunas anécdotas, como la de la correntina Ana Almirón, que contó su diálogo con el arzobispo de su provincia, Andrés Stanovnik. "Le expliqué mi voto a favor y entendió", confesó.
El macrista Esteban Bullrich aceptó su influencia católica. "Yo no puedo dejar mis convicciones en la puerta del recinto. Es como decirle a un peronista que deje de serlo cuando trata un proyecto de justicia social", comparó.El peronista Rodolfo Urtubey también se jactó de su fe católica. "Cada vez que hay un derecho absoluto hay un dogma atrás", relativizó. Aunque aceptó que hubo una mirada "prejuiciosa de la ley de salud reproductiva" que aumentó el embarazo adolescente.Luego intentó explicar cómo ampliar los casos de violación como causal de aborto no punible, contemplado en el Código Penal desde 1921.
Dijo que en esos casos puede haber violación "sin violencia", cuando se producen en las familias y no tienen consentimiento, según publicó La Política Online. La frase estalló en las redes y tuvo que aclararlo.
"Creo que hay que ampliar las causales para el aborto no punible. Hay que extenderla para casos de violaciones en las que no siempre hay un forzamiento físico sino una violencia estructural. Son casos de dominación, como las violaciones intrafamiliares. En vez de decir que no hay violencia debería haber dicho que no hay un forzamiento físico", se corrigió.
"Creo que hay que ampliar las causales para el aborto no punible. Hay que extenderla para casos de violaciones en las que no siempre hay un forzamiento físico sino una violencia estructural. Son casos de dominación, como las violaciones intrafamiliares", intentó aclarar.
El neuquino Guillermo Pereyra también le pegó a la iglesia con el recuerdo del ex capellán de la policía bonaerense Chistian Von Wernich, preso por crímenes de lesa humanidad."Hace falta leer el libro Nunca Más, donde 15 sacerdotes presenciaban sectores de tortura y sectores de la iglesia guardaron un silencio", recordó.
La radical mendocina Pamela Verasay, una de las militantes verdes más duras, aludió a la curia sin nombrarla. "Los que se oponen a esta ley son quienes se oponían a la ley de fertilización asistida, al voto de la mujer, al divorcio y al matrimonio igualitario. Siempre con el mismo argumento: el miedo".
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