La cuadra donde todos se preguntan quién será el próximo desvalijado

Jueves 26 de Mayo de 2016, 04:39

LAVAISSE 1.700. Los ladrones suelen correr hacia Frías Silva o Pellegrini. La Gaceta / Foto de Héctor Peralta.



El sábado a la noche, Cristian Yuliano de 44 años salió con su pareja y sus hijos de su casa de Lavaisse al 1.700. No tenía previsto volver tan temprano, pero a los 40 minutos de salir ya estaba de vuelta, preso de la preocupación por un llamado telefónico que había recibido. Vio las puertas forzadas y todas sus pertenencias desordenadas. Al menos las que le quedaban, ya que le faltaba un televisor de 32 pulgadas, $ 20.000, U$S 500, joyas, ropa, y tarjetas de crédito.

“Se llevaron hasta los ahorros de los chiquitos”, señaló un familiar de la víctima, que prefirió no dar su nombre. “Se llevaron todo caminando. Una vecina los vio pasar por la Frías Silva. No sé si allí los habría estado esperando alguien en automóvil. También dijo que todos eran jóvenes”.

Temor colectivo

El robo reavivó el miedo en la cuadra, ya que no es el primer escruche que sufren los vecinos. Todos los consultados señalaron al instante con el dedo varias casas en la que sufrieron esta modalidad. Una de ellas es la de Juan Pablo Skibicki.

“El 1 de febrero forzaron la reja de mi casa y se llevaron un arma, un televisor, tres computadoras personales, una tablet de mi nene, un reproductor de DVD. Vivo hace 20 años en esta casa. Antes entraban por el fondo y por ahí te robaban algo de ropa. Ahora entran a tu casa”, explicó el hombre.

Otra de las víctimas consultadas, que prefirió no dar su nombre para evitar represalias, aventuró una explicación: “hasta hace seis meses había rondines en la cuadra que todos conocíamos. En ese momento parece que todos consiguieron trabajo en un supermercado y se fueron. Después llegaron otros que nadie sabía bien de dónde habían venido y quién les pagaba. Yo desconfío de ellos porque conocen todos los movimientos de la cuadra”, opinó.

Esa es una de las características de los escruches. Los ladrones son personas observadoras, que conocen los movimientos normales de una casa o un barrio y esperan el momento apropiado para ingresar. Otras dos particularidades de este tipo de robo es que las víctimas no sólo pierden lo que les robaron, sino que además deben pagar por los destrozos de las puertas; Y lo sienten como una violación a su intimidad. “No pude dormir por pensar que alguien estuvo adentro de mi casa”, había explicado Johana Páez hace 10 días, cuando sufrió un escruche en La Ciudadela.

Los vecinos señalaron, al menos, tres casas más que sufrieron estos robos en Lavaisse al 1.700.

Turnos para salir

“A mí no me robaron nunca, pero si voy a comer a la casa de mi mamá, por ejemplo, se suele quedar mi mujer. Nos turnamos para salir. No es cuestión de irse dos horas y volver a la casa para encontrarse con nada”, relató Oscar Alfredo Palacios, quien además habló sobre los asaltos: “si llegás después de la medianoche a tu casa, llegás entregado. No sabés de dónde aparecen los asaltantes, pero ahí están”.

Sin forzar la puerta

Esa misma noche, un comerciante de 46 años abandonó su departamento de la calle San Lorenzo al 100. Al volver, vio que en su hogar faltaba un LCD, un reproductor de DVD, un equipo de sonido y un microondas. Lo más extraño es que la persona que ingresó no sólo logró burlar la gruesa puerta del edificio, sino que además ingresó al departamento sin forzar de ninguna forma la entrada.
 

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/683575/policiales/cuadra-donde-todos-tienen-temor-sufrir-escruche.html