Intentó salvar a su amigo de morir aplastado entre un auto y un árbol

Miércoles 15 de Febrero de 2017, 08:30

PRÓSPERO PALAZZO AL 600. El cuerpo de Costilla yace a un metro del árbol contra el que quedó aprisionado. A unos metros, el auto destrozado.



Jorge Zelaya jura que intentó salvar a su amigo Alberto Máximo Costilla, pero sólo llegó para verlo morir. Un Citröen C3 que aceleraba por el ripio de Próspero Palazzo (la continuación de Inca Garcilaso) al 600 subió a la vereda y aprisionó al muchacho de 24 años contra un árbol.

Zelaya, en el último segundo, trató de tironearlo de un brazo pero su intento fue estéril y sólo consiguió gruesos rasguños en su brazo. Costilla quedó tendido sobre el auto, sin pulso.

“No le dio tiempo”

“Eran cerca de las 10.30. Estábamos los dos conversando con un tercer amigo. Ese vehículo apareció zigzagueando y a más de 100 kilómetros por hora. Estaba sentado en una sombra y ‘Jairo’ (como le decían a Costilla) estaba apoyado en el árbol. Él mismo quiso salir de ahí, pero no le dio tiempo a nada. Murió al instante”, afirmó el principal testigo de la escena, y quien presentó la denuncia.

“Quise meter la mano para sacarlo pero no pude. El golpe que recibió del auto fue tan fuerte que cuando estaban retirando el cuerpo dio la impresión de que le había sacado el brazo, porque quedó colgando. Encima, la Policía tardó demasiado”, agregó, mientras escenificaba la escena en el árbol y mostraba la inmensa mancha de sangre que quedó en el suelo.

Tragedia y tensión

“Jairo” murió a cinco metros de la puerta de la casa de una hermana y a la vuelta de la vivienda de sus padres. Los gritos alertaron todo el vecindario. Poco después llegó la Policía. Hubo más gritos y de pronto, también balazos de goma.

“Les pedí que se llevaran el cuerpo porque estaba toda su familia ahí, sufriendo, pero ellos querían llevarse primero el auto. Sin responderme, me dispararon dos veces”, relató Pedro Barrionuevo algunas horas después, cuando todo se había tranquilizado y unos 30 jóvenes de San Cayetano se juntaron en forma espontánea en el lugar donde murió Costilla, todavía sin poder creerlo. Las postas le impactaron en la espalda, y no fue el único que las recibió.

Sobre esta situación, la Policía tiene otra versión. Según consta en el parte que quedó registrado en la comisaría 4°, la gente del barrio estaba intentando linchar al conductor del automóvil. Este, de 20 años, quedó aprehendido por orden del fiscal Washington Navarro Dávila. En los informes oficiales no se consigna que haya sufrido heridas.

Este miércoles, el conductor será presentado en Tribunales para prestar declaración. Según ordenaron desde la fiscalía, antes de su llegada tienen que estar listos los resultados de los estudios de dosaje alcohólico y el toxicológico que le realizaron. Con todo, en la Justicia ya tienen constancia de que la gente del barrio lo acusó de conducir ebrio. “Ese le habrá metido cinco días de joda, por cómo estaba”, afirmó Zelaya. Si los análisis médicos lo confirman, el conductor podría enfrentar una acusación de homicidio con dolo eventual y un pedido de detención.

El automóvil quedó secuestrado. En su interior tenía envases de bebidas alcohólicas, pero aún no se pudo confirmar si las traía su propietario o si alguien las tiró allí para herirlo, en represalia por la tragedia. Por la manera en que quedó el parabrisas, se descuenta que la cabeza y el torso de “Jairo” golpearon allí en la embestida.

La víctima

“’Jairo’ tenía 24 años y trabajaba como plomero. Vivía acá a la vuelta. Tenía una hija de dos años. La verdad es que todos lo apreciábamos y lo queríamos mucho”, lamentó Miguel Robles, sobrino de Costilla. “No tenía maldad. Todo el barrio salió a ver qué pasaba y todos se sintieron mal por esto”, añadió Barrionuevo.

Según explicaron varios amigos, el cariño quedó demostrado en las redes sociales, donde varias personas que lo conocían hicieron circular una foto suya con una cinta negra.
 

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/718725/policiales/quise-sacarlo-ahi-pero-no-pude.html